martes, 4 de marzo de 2014

A veces... libre

 …“ A veces, las cadenas
a las que un día te entregaste
se han hecho llagas en tu manos
cansadas de arrastrar falsas promesas,
falsos himnos,
falsos sueños y esperanzas.”



Fragmento de “A veces…libre”. 
Incluida en la tercera Sinfonía: Voces y alma. 
Del libro “Sinfonías y voces” de Ediciones Vitruvio.



martes, 25 de febrero de 2014

Sobre los engaños de nuestros sentidos


Del 31 al 1 de septiembre, no puede haber cambiado tanto, no se han podido producir cambios tan sustanciales.
Sin embargo todo es distinto.
Estoy sentada en el mismo lugar, abrigada con la misma toalla que permanece húmeda de las aguas de ayer, mecida por el mismo viento que tan distante se me antoja hoy…
Ya nada me parece igual que ayer.
La tierra entre mis dedos es más fría, más tosca, más gris. El cesto, el móvil, la crema, el libro, los recuerdos…parecen no ser míos.
Me resultan ridículos y fuera de lugar.
Viejos y sin sentido.

Qué crueles los sentidos que nos engañan, qué injusta la percepción cambiante y ondulante como aquella barca que baila en la mar y que me hace despreciar hoy, lo que ayer tanto placer me daba.
Y me pregunto cuánto de auténtico había, qué tiene hoy la luz y el aire que dibuja oscuros los vaivenes de una marea, que como ayer, arrastra las mismas piedras.
¿Qué tiene hoy los susurros de los vientos, cuyo murmullo ayer, tapizaban las voces juguetonas e inocentes de los mismos niños que hoy, parecen haber enmudecido?  ¿Qué hace que el roce de las piedras se diluya y se pierda por el tiempo?

¡No puede ser! Es imposible que el mundo haya cambiado tanto.
Y sin embargo todo huele distinto.
El tacto de sus miradas y tu risa se han congelado tras un anuncio metálico que corre pegado a una sucia camioneta, la misma que días atrás, parecía brillar alegre entre las calles.

Qué jugadas misteriosas y raras nos deparan los sentidos que nos engañan y enloquecen.
Todo es distinto.
Tú no estás y me siento ridícula pensando sobre las olas, siento frío y desgana de esta arena blanca que tanto amo y no comprendo por qué…
Pierdo el momento y la brisa y los bellos recuerdos y vuelvo a casa por el mismo camino que ayer andabas.
Hoy solo hay tierra seca, y no brillan los bancos ni las gentes me miran amable como ayer hicieran.
Decido escabullirme y cerrar los ojos para recordar, que ayer, sólo éramos entre las voces de chiquillos que en la arena de otra vida… observaban nuestros pasos.
Pero me engaño… porque sólo fuimos.
Ahora pienso: ¿Les habrán engañado sus sentidos? 

jueves, 20 de febrero de 2014

A principios de septiembre

Antes que la hiedra pinte de rojos los atardeceres
voy a sincerarme contigo, lo necesito.

Necesito hablarte, agarrarme a tus sentidos
que inocuos en mi, buscan vida.
Prenderme de ellos, como esta hiedra vieja
que cubre los muros de donde habito e intentar así no despeñarme
por los vastos acantilados de mis trampas inconscientes.

Necesito susurrarte, rasgar suavemente el papel
para contarte lo que de mi aún no he aprendido.
Dejar huir este dolor tan inoportuno
para narrarte de mi soledad, de mi infortunio.
Compartir la desnudez de mi cuerpo despojado de falsas ilusiones,
vestirlo humildemente con las pasiones
que no cesan de escribir mi alma
y dejar que el viento lo acompañe
sin miedos, sin velos, libre para que tu lo atrapes.

Que lo prendas, si es tu deseo de tus sueños y tus besos
y si no fuera así, déjalo, no me importa nada
porque nunca serás capaz de saber de mi y de mi sentido.
Yo ya lo fui todo y todo lo sentí, cuando perdida
en los señuelos del cielo pude escribir este verso.

Antes que la hiedra empiece a desprenderse de sus pesadas hojas
cargadas de bermellón y tallos ocres,
antes que sus hojas vestidas con la calidez de la existencia,
de lluvias, vientos y anhelos zarandeados desde mi muro;
antes que alfombren los suelos…
quisiera lloraros y encontrarme abrazada
por pensares dulces y buenos.

Necesito transitarte ya tranquila,
apaciguada de luchas sin sentido, creerme en tus hojas
y sentirme entre tus letras que formarán nuevos sentidos,
para que pueda perderme con ellos y en ellos,
desvestirme libre por fin de culpas
y libre de sentido, navegar de nuevo por aguas
vírgenes de manos sucias de deseos ocultos.

Antes que el frío arranque los rojos anocheceres
necesito vestirme de hiedra, lo necesito.



viernes, 7 de febrero de 2014

Palabras, versos y voces

Me muestro ante vosotros con todo mi respeto y una inmensa ilusión. En ambas aptitudes, siento se encuentran la llave de donde nacen las verdaderas relaciones, aquellas perdurables y entrañables. Ese es de antemano mi deseo y mi propósito al embarcarme en esta nueva travesía blogera.

Un deseo que viene de lejos pero que toma la necesidad apremiante de ser y dar forma a raíz de una incapacidad: una lesión cervical. Un dolor inmenso que de la noche a la mañana, dejó mermadas mis capacidades hasta llegar al punto de no permitirme trabajar. Un inmenso desasosiego y una profunda y casi untuosa tristeza prendieron mi alma y mi cuerpo. No tuve pues, más remedio que pararme y preguntarme el porqué.

A veces las incapacidades y adversidades, los duelos y lágrimas se tornan descomunales y atroces, mucho más de mi experiencia que en esos casos se me antoja ridícula...
A veces, quizás casi siempre, nos abren la posibilidad de abrir nuestros pensamientos en otras direcciones que hasta entonces han permanecido veladas o escondidas.

Durante aquellas noches de invierno insomne y cruel, empecé a entrever otro camino, otro deseo en que asirme las manos y las esperanzas para poder sobrevivir a la vida y a mi misma. Y me volví agarrar a las letras de los versos de un poema enmarcado y escondido. Me así desesperadamente a sus palabras versadas y me dejé transitar por sus poemas una vez más. Letras y versos que siempre estuvieron más allá de mis sueños y de mi vida y que de nuevo me devolvieron a un deseo olvidado alimentando mi corazón y mi alma.

Por ello nace este blog como agradecimiento a esas palabras y versos. A ese lenguaje que nos hace ser únicos. Que sea un espacio donde cuidarlas. Un espacio para decirnos, para mostrar nuestros miedos, pero sobre todo nuestras ilusiones y esperanzas.
Que nos alumbren en esta época oscura para no perdernos y encontrar nuevas ideas y proyectos. Que podamos ahuyentar con respeto y ética, valor y esfuerzo los dolores y las injusticias que parecen caracterizar nuestro tiempo.

Sé que podemos ser, a pesar de todo y todos, sé que debemos avanzar, no nos queda otro remedio. Se lo debemos a nuestros hijos, a nuestros padres, a nuestros amigos, te lo debo. Me lo debes.
Con tesón, responsabilidad, respeto, trabajo y esfuerzo podemos volver a ser individuos libres, fuertes y honrados. Porque la sociedad la forman individuos como tu y como yo. No podemos olvidarlo, no debemos, en ello reside nuestra fortaleza.
Debemos recobrar las fuerzas y las ganas y construir un mundo donde las risas de los niños tapicen los días y las noches. Niños como los tuyos, como los míos…niños que heredaran nuestros actos como ha sido siempre desde que el mundo es mundo.
Sé que tu dolor es mucho mayor que el mío, pero también que tu fortaleza es mayor. ¡Busca! ¡No te dejes! Siempre hay una nueva voz, un sendero sin señuelo, un camino nuevo. Enterremos juntos las sombras y creemos nuevos cánones donde puedan surgir los ingenios. El tuyo. El suyo. El nuestro.

Habrá muchos que tacharan mis palabras de utópicas e inocentes… que no se engañen, quizás lo sean, pero quizás sean también junto al trabajo, el amor, la amistad, la creatividad… la esencia que un día nos permitió construirnos en sociedad  y crear la cultura.
Aquí tenemos un lugar para descansar y tomar aliento. Todo es posible si soñamos. Todo es posible con deseo. ¡Cuento contigo… y a ti me entrego!