Del 31 al 1 de septiembre, no puede haber
cambiado tanto, no se han podido producir cambios tan sustanciales.
Sin embargo todo es distinto.
Estoy sentada en el mismo lugar, abrigada con
la misma toalla que permanece húmeda de las aguas de ayer, mecida por el mismo
viento que tan distante se me antoja hoy…
Ya nada me parece igual que ayer.
La tierra entre mis dedos es más fría, más
tosca, más gris. El cesto, el móvil, la crema, el libro, los recuerdos…parecen
no ser míos.
Me resultan ridículos y fuera de lugar.
Viejos y sin sentido.
Qué crueles los sentidos que nos engañan, qué injusta la percepción cambiante y ondulante como aquella barca que baila en la
mar y que me hace despreciar hoy, lo que ayer tanto placer me daba.
Y me pregunto cuánto de auténtico había, qué tiene hoy la luz y el aire que dibuja oscuros los vaivenes de una marea, que
como ayer, arrastra las mismas piedras.
¿Qué tiene hoy los susurros de los vientos,
cuyo murmullo ayer, tapizaban las voces juguetonas e inocentes de los mismos
niños que hoy, parecen haber enmudecido?
¿Qué hace que el roce de las piedras se diluya y se pierda por el tiempo?
¡No puede ser! Es imposible que el mundo haya
cambiado tanto.
Y sin embargo todo huele distinto.
El tacto de sus miradas y tu risa se han
congelado tras un anuncio metálico que corre pegado a una sucia camioneta, la
misma que días atrás, parecía brillar alegre entre las calles.
Qué jugadas misteriosas y raras nos deparan los
sentidos que nos engañan y enloquecen.
Todo es distinto.
Tú no estás y me siento ridícula pensando
sobre las olas, siento frío y desgana de esta arena blanca que tanto amo y no
comprendo por qué…
Pierdo el momento y la brisa y los bellos
recuerdos y vuelvo a casa por el mismo camino que ayer andabas.
Hoy solo hay tierra seca, y no brillan los
bancos ni las gentes me miran amable como ayer hicieran.
Decido escabullirme y cerrar los ojos para
recordar, que ayer, sólo éramos entre las voces de chiquillos que en la arena
de otra vida… observaban nuestros pasos.
Pero me engaño… porque sólo fuimos.
Ahora pienso: ¿Les habrán engañado sus
sentidos?
Me ha llegado.
ResponderEliminarGracias P.L Salvador. Un saludo.
ResponderEliminar