Te preguntaré por la niebla, por si sabes quién es.
Quién se
oculta tras su tamizado ser.
Sé que
esconde cubiertos de aguas
sueños
muertos, donde las luces esconden
los brillos
de deseos atormentados,
bajo el
telón esperan que el sol caliente
con la
habilidad de poder ser redimidos
de su escondite y su prisión.
Siento su
caricia húmeda en mis manos
y su aliento
frío en mi semblante.
Me cobijo de
ella, la busco por si la acierto
desprevenida
y puedo intuir los tesoros escondidos
en su manto
blanco y pétreo.
Mientras
tanto, seguiré buscándote
entre sus
manos lívidas,
y dejaré
bañar mis ojos
por una vez
con lágrimas…
lágrimas que
no serán mías,
solo gotas
de agua suspendida en la niebla.
Pregúntale
si te la encuentras si me recuerda.
Pregúntale
si me espera.
Rosa María Estremera.
El tacto de luna hiriente. Ediciones Vitruvio.