miércoles, 30 de septiembre de 2015

La paciencia de la metamorfosis


Termina septiembre y apenas tiñen sus puntas las enredaderas. El tiempo innegablemente caprichoso se precipita y cae con la certeza del final.

Me incomoda esta sensación vertiginosa que alcanza lo inevitable. Se acercan los días pintados indecorosamente de ocres, resueltos de amarillos.

La belleza muda del descanso y la renovación.

El cielo se cubrió con la prestancia sostenida y pesada de las aguas, deseando redimirse en la tierra hambrienta.

Todo está preparado con resolución.

La única estación.

Promesa prendida en las hojas aun vivas. Listas para enterrarse una vez más en la magia del cambio necesario.

Luego vendrán los días, que pintaran de cálidos colores los bosques de los hombres y cubrirán de alfombras color ámbar los destellos de nuestras pisadas… y no haremos caso.

Pero esta tierra nos perdonará una vez más mostrándonos su milagro. El descanso del crepitar de los árboles. El triunfo bermellón de la transformación.

Solo nos espera la paciencia de la metamorfosis.

Y mientras trama el destino su historia, me concede el regalo de la palabra escrita, envuelta en tapas negras donde escondí arropadas por otras hojas, el monólogo del adiós entregado ya sin remisión en “El tacto de la luna Hiriente”.
 
Libro: "El tacto de la luna hiriente" Ediciones  Vitruvio.

De nuevo mi agradecimiento a Ediciones Vitruvio.
Besos a todos. 
 

 

lunes, 28 de septiembre de 2015

Ruinas

 Hoy quiero compartir con vosotros esta magnífica foto de JOSÉ LUIS LÓPEZ MORAL #book#nature#iphoneography#lamancha#landscape#photobook#fotolibro#libro#artbook, que forma parte de su último libro "RUINAS". Un espléndido ejemplar que acaba de salir y del que me siento muy orgullosa y feliz de haber participado al poner versos a uno de sus sugerentes y extraordinarias fotografías. Desde aquí mi enhorabuena y mi agradecimiento.


Estático quedó en el olvido
los caminos transitables
en el albor de la historia.

 
RUIINAS 
José Luis López Moral

 
De la vida que no fue,
salpicada por los vacíos
de un tren errante.
 
Aquel, que contaba  las margaritas
que crecieron en otros lugares. 

Cuando tú no estabas. 

Bordeando los muros inaccesibles
de un recuerdo no elaborado. 

Ausente y yermo.

Como la fachada enladrillada
de los anhelos. 

¿Qué contiene  en su ruina
los ecos mudos de aquellos labios? 

Lágrimas que nunca se apearon,
sombras que perdieron su destino. 



La brisa que peina los sueños
se entretuvo en coser
un camino alternativo.

Franqueando la amargura. 

Entre verdes.
Inexistente.
Solo. 

Y con el hilo perdido, tejió
esperanzas de recuerdos
en los adioses del último
vagón de tu desprecio.                                                               Rosa María Estremera.