Piensas que lo que vives sólo es pasado, pero el pasado siempre te alcanza.
Conocernos, saber de nuestras heridas, es saber transformar y sublimar todo aquello que consciente o inconscientemente nos ha ido moldeando el carácter.
El amor, el deseo, el beso, pero también la traición, la desilusión, el desengaño.