y todo se anega de las lágrimas
Alarcón |
Lloraría eternamente...
Pero el tiempo me enseño a ocultarlas
¿para qué enseñarlas?
¿para que llorar?
No hay nadie que pueda entenderlo
porque no hay nadie, estoy sola.
Sola. Tú. Yo. El viento.
En este lugar en el que me encuentro
no existe nada,
Tú no estás,
te fuiste hace mucho tiempo.
¿Te acuerdas?
En ese preciso instante, te conocí,
sólo fue un instante...
y se fue despacio para que no nos enteráramos.
Ya no estás...
ni tú, ni mi lloro, ni ese lugar mágico
donde fuimos uno.
En ese espacio donde un día,
hace ya mucho tiempo,
nos besamos... Tú. Yo. Y el invierno.
Rosa María Estremera
Poema de la primera sinfonía: Voz que busca; de "Sinfonías y voces" Ediciones Vitruvio