domingo, 1 de marzo de 2015

LAS MARCAS

Fijé las marcas forjadas
 
de las verdades no dichas
 
entre las mentiras tejidas
 
en los tiempos de mi historia.
 
 

 
 
Se fueron erosionando
 
las señas desprovistas
 
y engastadas en los muros
 
de mi cuerpo aún inocente.

 
 
Con el cincel del paso
 
continuo de las horas
 
y los roces fríos del recuerdo
 
me fundí en piedra
 
eternamente extraviada,
 
y como una estúpida polilla
 
me quedé fija al reflejo
 
cegador de lo impropio.

 
 
A las ilusiones prestadas
 
y a las sombras que encarcelan
 
el afán imperecedero del deseo,
 
hasta convertirme en reja
 
de mi misma,
 
prisionera de los
 
transitables de una razón
 
esquiva y punzante.

 
 
Esculpiendo en las entrañas
 
de la existencia
 
los ecos devastados y evanescentes
 
de lo que una vez soñé ser.

 
 
Y sólo hoy, lo siento inmóvil
 
y expectante tras los destellos
 
de las verjas fraguadas en mi necedad:
 
“La solitaria y yerma presencia del desasosiego"
 
 
 
 
 

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