viernes, 4 de septiembre de 2015

El fuego de tu palabra



Lo importante no son tus ojos

sino la memoria prendida de tu mirada.

La tranquila y acompasada brisa

que deja exhausta la galerna.

 
 

Lo que sentimos después del olvido.

La vida serrada, engullida por el despropósito.
 

Lamidas por el orgullo,

Besada por las pasiones.
 

El resto del caramelo,

el envoltorio brillante sobre el asfalto.

Las cuentas perdidas de un collar

que nunca se posó en ningún cuello.

El recuerdo de tu palabra

interpretado por la consciencia

erosiva de la fuerza del destino.
 

La arena que escupe la duna.

La sequedad de la certeza.

La fuerza ardiente de la brasa.

El fuego.
 

La lava que moldea la piedra

no es lo importante.

Es, la forma que libera

la débil y maleable

vida de la cosas.
 

Las que miras,

de las que hablas.
 

La magia esculpida en los recuerdos,

y el engañoso juego de la ola

que te alcanza y te abandona

como casi todo…
 

Lo importante querido amigo

no es que sufras conmigo este instante

sino el crepitar de nuestras pieles

después de un amor imaginado.
 

La mano tendida después de un arrebato.

Las palabras crueles que no sentimos.
 

Ni siquiera tiene valor nuestra presencia

sólo el rastro inmóvil, asolador,

que surgirá cualquier mañana

moldeado, por el fuego devastador de tu palabra.
 
                                            Rosa María Estremera.

 

 

 

 

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