tan profundamente en la tierra
como para ensangrentar
los vestigios
de la apariencia.
Anochecer de Javier Trujillo Estremera. |
que te hayas ido
si los reflejos
de tu vehemente pasión
me envuelven como esta noche.
Te desprecio, por embaucarme
con los rojos que tus sueños
estampan en los mares
y en los besos de aquella noche.
Y tiñen los mares de amor incauto,
de percepciones perdidas,
de las garras de mis venas
abiertas al mundo por tu desprecio.
Por el fuego
encendido de la locura,
de la posesión de no tenerte
bajo los cielos encarnados
y entre los mares del recuerdo:
¡Yo! ¡te maldigo!
Y mientras cubres de tu ser
los mundos que transito
te suplico que me arrastres
contigo a tus dominios.
Rosa María Estremera.
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