miércoles, 23 de septiembre de 2015

Las Viñas del Silencio


" Dedicado a todos los refugiados sirios, a todos los hombres, las mujeres y niños que buscan simplemente vivir, no olvides que cualquiera de ellos podías ser TÚ"

 

Un campo lleno de nudos
con los que atar el pasado.
El tronar de la tierra roja, rota,
perdida de la cordura. 

Se retuercen los semblantes
en hileras de despropósitos. 


EL Vinard Verde de Vicent Van Gogh 1888

 

 
















 

Uno tras uno, callados,
presentes...

Llenaron de olas
las cepas cortas y oscuras. 

Como el desconsuelo,
la herrumbre humana
que oxida todo a su tacto.

Retorcidos troncos.
Negros.
Alaridos con caras sombrías.  
 
Bocas abiertas
que gritan silencios profundos. 

Escucha en tu interior: La rama.
La luz que no quieres ver,
la otra vida. 

Donde ya se deshumanizó
hasta el aire y
los niños mueren. 
Lejos. 

En los límites de la realidad
agonizan  de esta verdad
que empaña los campos. 

Y las orillas del pensamiento
se cubren del hollín grotesco,
de las ruinas de la mente.

Un viento seco susurra. Estremece. 

Cruza el brote erguido del renacimiento
entre el desasosiego y
desempolva de grises,
la sonrisa inocente de la vida
en unos ojos que lloran consuelo. 

Cobijo. 

Y olas de ilusiones asaltan los caminos.
Desprevenidos.
Sin el miedo que quita la muerte. 

Y un tapiz de moradas uvas
vitorean desde lejos
Las viñas del silencio.

                                                                  Rosa María Estremera.